Aprendizaje cultural

Hace algunos días celebramos el día del amor y la amistad con los compañeros del trabajo. Habíamos decidido realizar un asado como evento social en vez de regalarnos elementos o hacer otras actividades. Lo importante era compartir juntos.

Se preparó todo para el evento y se realizó según lo acordado. Sin embargo, después de terminar la actividad, muchos de los que estaban presentes se sentían inconformes con la actividad, según ellos: había sido poca comida.

Esto me llevó a reflexionar un poco recordando las clases de antropología y aprendí algo muy valioso: “Antes de planear cualquier evento, analiza el contexto antropológico”. Tal vez, aunque todos conocemos que es un “Asado”, cada uno le da una interpretación diferente. Allí estuvo el error de ese día.

Increíblemente aunque la cantidad de alimento no era poca, los comensales se sintieron inconformes por la cantidad de carne que se había servido.

Al día siguiente les pregunte a cada uno, ¿Cómo realizan ustedes un asado?… me encontré con múltiples respuestas. Algunos solo con carnes, papa y guacamole, otros  adicionalmente lo acompañaban de arroz, otros hacían yuca, plátano, mazorca, pescados, pinchos, ensalada, arepas, etc. En fin… cada uno con su propio estilo.

Fue allí cuando me di cuenta que cada uno esperaba un Asado “diferente”… esperaban un asado muy similar al que realizaban ellos mismos.

Tuve otra experiencia similar. En un viaje que realice con unos compañeros curiosamente también preparamos un asado, la diferencia era que aunque ya se había llegado al consenso de que carnes se iban a realizar, el conflicto se encontró en el momento de servir.

En mi caso, estoy acostumbrado a cortar la carne e ir repartiendo pedazos pequeños, suficientes para degustar y aún estar listo para otro pedazo. Así se me enseñó en mi  hogar. Para mi familia es importante que comamos del mismo plato, cada uno sirve lo que desea (Estilo Bufete) y en cantidades suficientes para todos, eso demuestra para nosotros igualdad y unión familiar.

Sin embargo, con las personas que me encontraba en aquel viaje tenían hábitos distintos. Cuando se cortó la carne y se colocó sobre la mesa, los comensales se sentían incómodos por la forma de servir (“todos de la misma olla”), ellos preferían que a cada uno se le sirviera en plato individual; afortunadamente esto no causo discusión y disfrutamos del momento. Fue algo sencillo, pero interesante e importante.

Allí se descubre la importancia de hacer un consenso antes de realizar un evento y de analizar bien el tipo de personas que nos van a acompañar. Pueden ser eventos muy sencillos pero en ellos se descubren grandes cosas….

¿Alguna vez les ha ocurrido algo similar?

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