“Nunca pierdan la capacidad de asombro” me recomendó un amigo hace un año y es una frase que he venido practicando desde entonces. Me asombro como un niño de un nuevo amanecer, de las aves cuando vuelan, de los truenos cuando hay tormenta y lo más importante de cuán sabia es la naturaleza.
Y cómo no me voy a maravillar de ella si cada segundo nos da una oportunidad de repensar la vida. En estos días tuve la oportunidad de encontrarme una vez más con mi niño interno y nos aventuramos a explorar… en esta ocasión con la germinación y los brotes.
Hace ya mucho tiempo que hice un experimento similar, estaba en primaria en esa época, pero el objetivo cambio. En aquel entonces, la actividad se realizaba con un fríjol, algodón, un vaso de vidrio con agua y el objetivo era observar como el fríjol germinaba y se convertía en una gran planta. Que maravilloso era levantarse cada mañana a ver como evolucionaba el fríjol… que grandioso ver todo ese potencial de vida natural en tan solo una semilla.
Ahora, mucho tiempo después, tal experimento se ha convertido en un plus gastronómico y nutricional en donde los ingredientes han cambiado, pero la sensación de bienestar no. Actualmente se realizan germinados de lentejas, arvejas, alfalfa, soya y brotes de sésamo, auyama, chía, girasol, entre otras muchas. Una variedad gastronómica que permite diversificar el sabor y textura de nuestras recetas.
Pero… ¿Qué beneficios tendría consumir los germinados o brotes?
Por un lado, está la sensación de volver a nuestras raíces, de experimentar y maravillarse del potencial de la naturaleza, de ver crecer una planta. Es importante resaltar también que las plantas responden al amor y cuidado que pongas en ellas. Es por ello que unos buenos brotes reflejan la dedicación que has tenido con ellos.
Por otro lado, el proceso de ver germinar las semillas se puede convertir en una actividad meditativa y relajante, entendiendo que no puedes forzar las cosas, cada cosa toma su tiempo, y el resultado depende del cuidado que les pongas.
Además de lo anterior, se pueden describir beneficios nutricionales como el incremento del aporte nutricional según la cantidad de días de crecimiento de los brotes. Al tercer día logran incrementar sustancialmente la cantidad de micronutrientes si se compara con el grano original. Este es el caso de vitaminas del complejo B, y antioxidantes. En cuanto a los Macronutrientes, se han encontrado cambios en la complejidad de las moléculas debido a la actividad de las enzimas propias de la semilla.
Para finalizar, el hecho de adicionar brotes en su alimentación, permite crear variedad de texturas, color y sabor en las recetas. Permite crear platos diferentes, llenos de vida.
En resumen, al germinar las semillas no solo se mejora el aporte nutricional de su alimentación, sino que se da una oportunidad de acercarse a la vida, a la naturaleza.