Hace ya algunos años que he escuchado de la “Alimentación consciente”. Intrigado por el término, decidí participar de una de sus charlas, para comprender de qué se trataba.
Debo admitir que mi perspectiva de una alimentación consciente incluía el saber alimentarse desde el punto de vista de hábitos de vida saludable, es decir, que el consumo de alimentos no sea el comer por evitar el hambre, sino el alimentarse para nutrir nuestro cuerpo.
En contraste, la alimentación consciente amplía un poco más esta visión de la siguiente manera:
¿Qué estás comiendo?
Todo inicia de una pregunta tan sencilla… ¿Qué estas comiendo? Tan “fácil” de responder pero tan difícil analizar. Detrás de una preparación se encuentra la historia del alimento, su elaboración, la cultura, los sabores y sus nutrientes.
De allí parte todo, realmente ¿Conoces qué estas comiendo?
Alimentarse sin hacer daño, bienestar Personal y Ecológico.
La alimentación consciente invita a las personas a evitar hacer daño y tener compasión por los demás. Este concepto de compasión contempla a todos los seres vivientes incluyendo la reflexión sobre el trato al planeta.
Para la “alimentación consciente” es imprescindible el concepto de compasión y ello hace parte de su idea de bienestar.
Debe haber un respeto por sí mismo y por los demás. Es por ello que el maltrato se considera opositor del bienestar ya que estarías afectando el estado de otro ser viviente. De allí, inicia la reflexión en torno a la violencia en un plato de alimentos, el consumo o no consumo de carne y la adopción de una alimentación Vegetariana.
No es una alimentación solo para el cuerpo
Finalmente, existe un tercer ámbito en la Alimentación consciente: el ser agradecido y el compartir. Este tema es un poco complejo ya que depende de la creencia de las personas. Sin ser muy profundo en el tema, La alimentación consciente invita a no solo agradecer el alimento con una entidad superior, sino a compartirlo con esta entidad. “Materializa” el concepto de que existe una entidad superior que se encuentra en todo, por lo tanto se puede agradecer ycompartir con la entidad sin importar el espacio, tiempo o momento.
Al no haber violencia en tu plato, la sensación de bienestar y agradecimiento se intensifica, entendiendo que no habéis hecho daño a otro. Por ello no solo se nutre tu cuerpo, también le das oportunidad a “nutrir” tu alma.
Aprendí y da bastante a reflexionar. Ha sido realmente grato haber tenido esta experiencia.
Para finalizar, recomiendo indagar sobre el tema, es bueno tener puntos de vista diferentes y adoptarlos o no de acuerdo a sus reflexiones.
Agradezco sinceramente el haber dedicado una parte de su tiempo a leer este artículo, escríbanos sus preguntas o compártanlo si conocen a alguien que pueda estar interesado en el tema.